
El color influye en nuestro entorno y modela nuestra percepción. Encierra complejas asociaciones y simbolismos, transmitiendo mensajes con más eficacia que las palabras. Además de ver los colores de forma distinta, los utilizamos para modificar nuestro entorno y los aplicamos en el hogar, en el arte y en el diseño, estando nuestra postura, personal o profesional, influida por los gustos y modas.
El hecho de trabajar con color puede resultar complejo, ya que a veces por no dar un mensaje equívoco preferimos obviarlo, por ejemplo vistiéndonos de negro o pintando de colores neutros una casa para ponerla en venta. Sin embargo no es tan peligroso como se cree. Apple cuando en 1998 sacó su modelo iMac en color huyendo de la estética gris o beige predominante en el mercado, vendió con mucha más rapidez que cualquier otro de sus competidores.La evolución de los sistemas de impresión, así como un lenguaje cada vez más visual hacen que desde el diseño gráfico le demos máxima importancia y aprendamos a usarlo como un elemento más de la comunicación.
Podemos tomar como ejemplo el significado que puede tener para tres personas distintas el color azul. Si una de ellas fuese un piloto occidental lo podría asociar a los colores de las fuerzas aéreas de su país. Puede tener connotaciones para él de gran velocidad y potencia. Para un sij, seguidor de la religión monoteísta de origen hindú, si el turbante que lleva es azul, indica que es un nihang, doctrina muy distinta del código militar del piloto. Si esto lo llevamos a la música y hablamos del blues, el significado sería completamente diferente a los dos casos anteriores, haciendo referencia en este último a los blue devils (diablos azules o espíritus caídos) y transmitiéndonos un sentimiento de melancolía y tristeza.
Así, un color o una composición en color, no sólo se forma en el ojo sino también en el «yo».
Cuando intentamos destacar algún producto o proyecto empresarial, no se puede hacer una elección aleatoria del color. Siempre se intenta asociar una marca a un color (Coca Cola- rojo, Pepsi- azul) y esto hace que lo identifiquemos rápidamente y no nos equivoquemos a la hora de escoger. Algunas marcas intentan confundirnos copiando colores y estética y colocando sus productos cercanos al original. En el ámbito legal, los colores no están sujetos a la protección de la marca o copyright. Ha habido algunas excepciones en casos de imitación deliberada como le ocurrió a Pepsi con «su» azul.
Las asociaciones conscientes de colores, no se limitan al ámbito comercial como el caso de Orange con el naranja y su eslogan: El futuro es de colores. El futuro es Orange, con el que se pretendía dar un mensaje de optimismo y progreso, sino que en ocasiones el color se asocia a un concepto, como el mercado «negro», o pasar una noche en «blanco» muy utilizado en el lenguaje periodístico cuando se intenta transmitir un significado muy conciso.
Nuestra labor como diseñadores es frustrante cuando tenemos que esquivar este tipo de asociaciones de colores existentes y convencer al cliente del beneficio en la armonía escogida de los mismos, superando los prejuicios o asociaciones previos que se tienen.
Un ejemplo de asociación de color lo tenemos con Santa Claus. A partir de los años 30, Coca-Cola Company lo vistió con sus colores corporativos (rojo y blanco) para vender más refrescos en pleno invierno. El hombre de la ponía cambió su uniforme «oficial» desde ese momento.
Color, cultura y creatividad.
A lo largo de la historia, los individuos hemos inventado distintas asociaciones arbitrarias del color. El estilo de la creación de la imagen varía según la cultura, la tecnología y la situación geográfica. Las imágenes que creamos los diseñadores e ilustradores son fruto de nuestras propias creencias, ideas y percepciones.
Cada religión cuenta con su propia paleta de colores. Para la cristiandad, el blanco (albus) se viste en Navidad y Semana Santa, el rojo (rubor), que simboliza la sangre, se lleva y se muestra en celebraciones asociadas al martirio, el verde (viridis) representa la vida y se viste a diario, el violeta (violaceus) se usa en época de Adviento y Cuaresma, significando tiempo de reflexión y penitencia, y por último el negro (niger) se reserva para funerales y misas en recuerdo de los muertos.
En la tradición islámica los colores se conciben a un nivel metafísico, a partir de la idea de que la luz y la oscuridad son dos posibilidades eternas presentes en el universo. El número 7 tiene un significado especial que determina la construcción de la paleta de colores islámica convencional compuesta por tres niveles. En el primero de ellos los colores se juntan en dos grupos. Un grupo de tres colores que comprende el blanco, como la luz del sol permitiendo que los colores manen, el negro que implica encubrimiento a partir de la idea de que Dios se oculta dentro de su propio resplandor y el sándalo que sería una base neutra para los demás colores de la naturaleza. El otro grupo estaría compuesto por cuatro colores, el verde asociado al agua, el amarillo al aire, el azul a la tierra y el rojo al fuego.
El budismo considera muy simbólicos cinco colores primarios: blanco, amarillo, azul, rojo y verde. Las túnicas de los monjes son naranjas para destacar y transmitir humildad.
Como vemos, hay muchas asociaciones de color que por convenciones o creencias distan mucho de las actuales o distan mucho de una cultura a otra. No todos percibimos los colores de la misma manera o dicho de un modo más correcto no a todos nos despierta un determinado color las mismas emociones ya que esto guardará relación con nuestra edad, cultura, influencias, creencias…
No cabe duda que el color es un elemento determinante en los mensajes de comunicación gráfica y la asociación que de ellos se tiene en el momento de la recepción, determinará la manera de percibirlo donde la susceptibilidad emocional jugará un papel importante.